domingo, 20 de enero de 2008

Estreno en sociedad



Hoy fuimos a almorzar al Kiru, restaurant iquiqueño, de propiedad de los hermanos Versalovic, amigos nuestros.
Fue la oportunidad para llevar a nuestra hija a su primera actividad pública, quien fue saludada por varios amigos y amigas que se encontraban en el lugar.
Debo señalar, que a pesar que fue inaugurado hace un tiempo ya, solo hoy fuimos, no porque no quisiéramos ir, sino porque las circunstancias nos lo impidieron.
Bueno, el lugar es fantástico, de una muy buena ornamentación, un muy refinado gusto, una arquitectura sumamente original, nos encantó. La comida también de muy buena calidad, y muy bien atendido. De hecho quedamos de volver lo antes posible, porque incluso el precio es bueno.
Debo recomendarlo, Amunátegui, entre las calles José Miguel Carrera y Oscar Bonilla.
Felicitaciones Andro y Ljuba, un gran lugar!

sábado, 5 de enero de 2008

HIJA



Ahora, que la muerte me viene a buscar,

la dejaré esperando en una fila interminable de acreedores,

antes que ella hubiese siquiera asomado su marfileña mano,

y su sombra no fuera mas que una leve silueta en mi sol,

ella tendrá que esperar, a que los demás vuelvan.


No será tan fácil sacarme de este mundo,

en él acabo de sembrar una pequeña semilla de esperanza,

he renacido y vuelto a soñar,

porque tal vez no todo esté perdido.


Hija, sólo debes vivir, los desafíos llegarán solos,

no serán mas que tú, ni tampoco menos de lo que esperas

no podrás rehuirles, porque eres mi hija, no temerás

porque yo no temí, pero serás más fuerte

y más inteligente, no rodearás el mundo, te sentarás en él.


Hija, el mundo ha sido arrastrado hasta tu ventana.

viernes, 4 de enero de 2008

NACIO MI PRINCESA






El pasado 27 de diciembre, nació nuestra primera hija.
Ainloy Carolina Hip Evans llegó a las 13:25 horas, en una sala ni fría ni de hospital.
Aunque siempre es bueno, que sea iquiqueña, porque de otra manera no podría ser alcaldesa de este puerto, además nació en la Clínica Iquique, y la primera vista que tuvo fue el mar.
Afortunada mi hija, su belleza y su ternura la hacen una, y por más que busco que podría ser menos hermoso, no tengo nada que decir de ella. Bella señorita, despierta como la brisa marina de invierno, demandante de nuestro cariño y nuestro amor, como si hubiera entendido de siempre, que su nombre significa Hija del Amor.
Ahí esta, con los aros que le regaló su tía Singyi.
Lo mejor de todo, es que tenemos tiempo de sobra, para amarla.